lunes, 28 de diciembre de 2009

Los nuevos cinco tipos del consumidor colombiano revela estudio de la firma Yanhaas

Lunes 28 de diciembre de 2009
http://www.portafolio.com.co/economia/economiahoy/ARTICULO-WEB-NOTA_INTERIOR_PORTA-6842627.html

Hay supermujeres, solitarios, 'Open Minded', saludables y quienes creen que lo 'nacional no basta'.


Personas con mente abierta que son tolerantes; hombres y mujeres amantes de vivir solos y que se refugian en el deporte y la tecnología; otros que se preocupan por ser saludables o que no son muy apegados a los productos nacionales, son algunos de los perfiles de los colombianos de hoy.

Así lo describe la empresa de investigación de mercados Yanhaas, al ubicar a los colombianos en cinco segmentos distintos y con potencial para las empresas que tienen interés en promover sus productos y servicios.

El estudio describe por ejemplo, a las supermujeres, es decir, aquellas cuyos roles están en los planos del hogar y del trabajo. Igualmente se describe a las personas solas, así como a los Open Minded, que se caracterizan por posar de autosuficientes. El estudio incluye también a los saludables y a los que piensan que lo 'nacional no basta'.

Los saludables ya no solo viven de lo 'light'

Llama la atención el hecho de que, en materia de alimentación, los saludables no se motivan por los llamados productos light.

Mientras que en el 2004 el 31 por ciento recurría a ellos, en esta oportunidad esa proporción bajó a solo el 12 por ciento.

Entre los motivadores de consumo de estos productos está el aporte que hacen para cuidar la figura y porque gusta su sabor.

El estudio dice que quienes se preocupan por la salud tienen una visión de largo plazo.

En su mayoría (88 por ciento), toma medidas en serio para recibir la vejez en buen estado de salud a través de una buena calidad de la alimentación.

"No es de extrañarse que estas personas sean más precavidas en el momento de escoger la calidad de las comidas que consumen", dice el estudio deYanhaas.

Las supermujeres van con todo

Se afianza el concepto de las supermamás que responden en el plano laboral y familiar y el 41 por ciento de los consultados dice que la mujer debe trabajar. En el 2006 eso lo pensaba el 30 por ciento.

Con el 44 por ciento, y con tendencia descendente, están quienes piensan que "así ella quiera y pueda trabajar, una mujer con hijos sólo debería considerar trabajar medio tiempo". Estas mujeres -identificadas por ser consumidoras de cosméticos por tener vida fuera de casa- también se sienten en lo intelectual más creativas, inteligentes y competentes. Esa actitud la asumen principalmente frente a sus congéneres que no son consideradas 'supermujeres'.

Los solos crecen en el mercado

Crece el número de hombres y mujeres que optan por llevar sus vidas sin compañía. En 1996 y en el 2004 eran el dos por ciento y en el 2009 ya son el 10 por ciento.

Frente a quienes ocupan su hogar con otras personas, los solos se inclinan más por el deporte (44 por ciento). También prefieren ver televisión (50 por ciento) o tomar una siesta (58 por ciento). En cambio, los que viven en compañía no tienden mucho a la actividad física (26 por ciento) y se inclinan más por hacer la siesta (73 por ciento) y por ver T.V. (64 por ciento).

Respecto a las actividades físicas preferidas por los solos se destaca trotar o correr, montar bicicleta y nadar. Luego siguen, en su orden, hacer gimnasia, ir a un gimnasio, jugar básquetbol y patinar. Llama la atención que entre los acompañados no existe interés por los deportes extremos de calle ni de montaña, mientras que entre los solos sí se expresa gusto de parte de cinco de cada 100 consultados.

El consumo de tecnología es otro de los fuertes de este segmento. Es significativo el uso de computador portátil y el entretenimiento como principal motivo de consulta. Los solos recurren más al chat (73 por ciento) frente a los acompañados (57 por ciento).

Los acompañados (29 por ciento) son más aficionados a las redes sociales que los solos (24 por ciento).

Lo nacional no les satisface

Se ha identificado un grupo de consumidores a los que no les atrae el producto 'made in Colombia'.

Así sube el porcentaje de quienes dicen que no están de acuerdo en tener que pagar más porque un producto sea de origen nacional. En el 2004 ese porcentaje fue de 39 por ciento, pasó a 43 por ciento en el 2006 y para este año se situó en 46 por ciento.

De todas maneras, es mayor -con tendencia a decrecer- el número de personas que dice que sí vale la pena pagar más por un producto solamente por ser criollo (54 por ciento). El estudio también llega a la conclusión de que "las personas que no compran nacional mencionan sobre todo la importancia de la marca y la calidad, mientras que las personas que compran preferiblemente nacional ven el origen colombiano como el factor más importante en la selección de las compras". Para los que están a favor de los productos del país uno de sus principales argumentos es que esos son fáciles de adquirir o arreglar.

Open Minded: los autosuficientes también compran

Es autosuficiente y no es fácil que se sume a actividades en su barrio o dentro de la comunidad, aunque sabe que tiene la obligación de hacer una contribución o aporte a la comunidad o a su barrio.

Tiene un alto nivel de tolerancia y una marcada orientación a la autoconfianza, por lo que se considera inteligente, creativo, competente y capaz.

Los consumidores de mente abierta coinciden con el resto de los colombianos en que el médico es la primera persona o institución de confianza.

Para el resto de los ciudadanos que no pertenecen a este segmento, el segundo lugar corresponde al consejo de una persona mayor. "Se le puede hablar de una forma más franca y directa, pues su mente está libre de tabúes. Además, la comunicación con este tipo de consumidor debe ser directa", señala el estudio.

La tolerancia es otra de sus facetas. Por ejemplo, cuando se les pregunta cuáles de los siguientes tipos de persona usted preferiría no tenerlas como amigos y se les menciona a un guerrillero esa respuesta la da el 56 por ciento. Tres años atrás era de 60 por ciento y cinco años antes llegó a ser de 66 por ciento.

CONSTANZA GÓMEZ
REDACCIÓN DE ECONOMÍA Y NEGOCIOS

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